miércoles, 22 de agosto de 2012

CONTRI MÁS, MEJÓN

Permítanme esta pequeña burla en el título, pero es que hay cosas...

Una de las medidas que propone la nueva reforma educativa es aumentar la ratio por clase en las enseñanzas no universitarias. Y nuestros políticos nos lo explican.
Inmediatamente, la preocupación por las consecuencias de esta medida: posible aumento del fracaso escolar. Pero no se preocupen...
  • Catalá (Consejera de Educación en la Comunidad Valenciana): "Aumentar ratios no incide en el fracaso escolar" (Traducción: "Cuantos más, mejor"). Les cuento un caso verídico. Un personaje de mi pueblo muy conocido por su tacañería enviudó. Se llegó a la imprenta y preguntó cuánto costaban las esquelas. El dependiente le dijo: "Depende. Cuantas más hagas, más baratas salen". "En ese caso, haz hasta que me salgan gratis". Pues nada, Sra. Catalá, a aplicarse el cuento.
  • Y Catalá alude a informes que avalan sus afirmaciones y a que está sobradamente demostrado en nuestro país: "Por ejemplo, la ratio de Primaria en Sevilla y en Vizcaya es muy similar, mientras que los resultados son desiguales". (Traducción: "En Sevilla invertimos 5.352 €/alumno y en Vizcaya 10.388 €/alumno y ¡Mire usted! ¡No dan el mismo resultado!") (NdA: ¡Manda cojones!)
  • Otra perla acerca de la NO sustitución de las bajas de los profesores. Catalá (la Sra de antes): "Se prevé que las bajas se cubran con personal propio del centro cuando sean inferiores a diez días lectivos y, a partir de diez días, se cubrirán con normalidad" (Traducción: "Durante dos semanas, en una situación de absoluta anormalidad, entretendremos a los niños como podamos. Pasado ese tiempo, intentaremos mandar un sustituto"). Desgraciadamente, en comunidades como Andalucía hace ya muchos años, casi una década, que se mal-funciona así...
  • Y por terminar con ella: "Pero es que en estos momentos tenemos que aplicar estas medidas en la administración porque tenemos que hacer el sistema sostenible y eficiente" (Traducción: "Hemos metido la pata hasta el fondo y vamos a seguir empobreciendo a la población porque alguien tiene que pagar los platos rotos de nuestra funesta gestión"). Y, obviamente, ustedes, los políticos, a seguir viviendo, que aquí no ha pasao ná.
 ¿Y cuáles son esos informes? He podido localizar uno en la web del Ministerio de Educación firmado por Salinas y Santín. (Selección escolar y efectos de la inmigración sobre los resultados académicos españoles en PISA 2006, Revista de Educación, 358, Mayo-Agosto 2012, pp. 382-405).  El artículo es, básicamente, un modelo matemático que trata de medir la productividad de la escuela pública y concertada. Dicho modelo (espero dedicar más adelante una entrada a explicar y criticar el artículo) arroja el siguiente resultado: "Más alumnos por clase supondrían un mejor rendimiento adadémico. [...] Nuestras estimaciones no proporcionan, por tanto, pruebas de que menos alumnos por profesor supongan un mejor rendimiento académico" (pág. 401). Efectivamente, eso es todo, una estimación basada en un modelo; porque, como reconocen los propios autores en la p. 397: "Sin embargo, en economía de la educación no se reconoce cuál es el valor óptimo para llevar a cabo la producción educativa. Esto es, no existe ningún resultado científico definitivo que señale el número de alumnos máximo que puede recibir educación en el aula sin que se deteriore el aprendizaje. Tampoco existen resultados definitivos, sino más bien una elevada controversia, acerca del efecto que el tamaño de la clase tiene en el aprendizaje de los alumnos". Sra. Catalá, si usted esgrime informes científicos a su favor, sepa que también los hay en contra.

Si Zenón de Elea levantase la cabeza... Ya saben, el movimiento se demuestra andando. En Finlandia, cuyo sistema educativo es el mejor del mundo, la ratio es de 20 alumnos por clase, con un máximo admisible de 24 alumnos/clase. Los propios finlandeses consideran que esta ratio es la adecuada para que la clase funcione correctamente.

Comprendo que, desde un punto de vista puramente económico, trate de hallarse el número óptimo de alumnos por clase: la agrupación mayor (más barata) que permite obtener buenos resultados académicos. Pero esto son argumentos económicos, que poco tienen que ver con los pedagógicos. Nuestro sistema educativo parte, especialmente en Primaria, de que los alumnos con dificultades van a recibir refuerzo dentro del colegio. Esto introdujo cambios respecto a la EGB. Entre otros, apareció la figura del profesor de apoyo, se bajó el nivel y se redujo la ratio. Sin embargo, en la práctica, los alumnos con problemas son deficientemente atendidos. Les doy algunas razones:
  • Los alumnos con problemas escolares superan la capacidad de atención de los colegios.
  • Los profesores de apoyo son dedicados en muchas ocasiones a cubrir bajas de compañeros.
  • Tras repetir una vez en Primaria, los alumnos con problemas o dificultades aprueban automáticamente, sin importar el retraso que acumulen. Esto es muy desmotivador para el alumno.
  • El número de alumnos que repiten por curso es inferior al número de alumnos que necesitan repetir. Es decir, promocionan alumnos que deberían repetir porque no se puede (ni debe) masificar las aulas. La alternativa es aumentar el número de unidades o invertir en profesorado de apoyo, pero esto cuesta dinero y no se hace.
  • La administraciones, por medio de los inspectores de educación, presionan a los colegios para que aprueben a los alumnos. Lo importante es disminuir el fracaso en la estadística, no importa que luego sean analfabetos funcionales. En mi opinión, creo que no les importa en realidad lo más mínimo la educación. Y, para muestra, un botón reciente: "Educación plantea suprimir 41 unidades concertadas y reducir el apoyo escolar" (EL PERIÓDICO DE EXTREMADURA, 22-08-2012).
Sres. políticos, abandonen por un momento las artes de su profesión y sean sinceros. Estos recortes perjudican a los alumnos. Digan que estamos arruinados y no nos queda otra salida, pero comiencen por recortar en farándulas y oropeles. En España habrá quien crea que sobran policías, bomberos, médicos, profesores, enfermeras o maestros; pero nadie duda, ni siquiera ustedes, que tenemos exceso de políticos.

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